En las olas de la pasión me pierdo, en la desesperación me caigo
pero me levanto, y la levantá es una vela que enciendo
y espero jamás apagar, pues cuando uno desespera no hay manera
pero cuando se hincha el alma de esperanza entera
no hay huracán que pueda
sacarnos no ya de la rueda de la vida
sino darnos una patada, un cachete, como el golpe vital
para despertar a otra vida que no sea igual
o siéndolo, se nos antoje desigual
he sentido dos veces ese golpe vital
una me la dio la matrona al nacer
otra una enfermera al ducharme
y espero jamás apagarme
porque la vida es esta ilusión
que pongo en todo lo que siento y hago
con la devoción
de una vocecilla que grita
¡te amo!