En este almizcle de sensación de fracaso personal celebro un nacimiento. Que nazcan niños en el mundo es algo maravilloso y si quién nació fue Jesús y lo celebremos dos mil veintiún años después es algo que pone la piel de gallina.
Señor, nace en mí día a día
no me dejes
desolada, apalancada o bloqueada
no me dejes
que de nuestro cariño nazcan retoños de sueños
la ilusión infantil por surgir y resurgir de cada caída
de ser siempre niño
nace en mi ¡por Dios!
que sin Ti la vida languidece en un constante bloqueo de resignación
ayúdame
Nace en mí
que de cada sueño por cumplir
cantaré una nana al niño por vivir en mi
Te amo
gracias por nacer, por venir a este mundo absurdo
y entregarte en la cruz tan pobre y burdo
pero a tu lado todo es luz y maravilla
y nada se escapa de la lamparilla
de la que cuelgan rosarios rezados con devoción
palabras echadas al viento con emoción
Nace en mí, nace que yo te espero
aunque medio mundo te deteste
yo te amo