Quién espera desespera
y además se llena de peros
que no de peras
quién espera languidece en las agujas del reloj
que avanzan sin temor y como boj
crecen sin saberse que crecen y cuya madera
es de esa ceñida en bancos o sillas de espera
qué curiosas esas sillas
en las que todos echamos una mirada al móvil
pero en el fondo pensamos si será o no
si todo saldrá bien o mal o en este sentir servil
siento que desaparezco para no tener fin
me agarro al asiento con las piernas bien rectas
que cruzarlas no puedo no son tan largas
y me pregunto qué pensarán los demás
en una espera que momentos vitales desentraña detrás
y delante toda una vida puesta en las agujas de un reloj
cuyo tic toc
cansa, enerva, desespera y deja en shock
pero quien espera en el fondo no desespera
sino que la paciencia es la virtud de atender
lo que tarde o temprano ha de suceder