Callo en esta avenida de mi dormitorio
callo y me quedo en silencio pensativo, dormido
y lloro por quienes se han ido
y jamás volverán
que espero otro mundo habitarán
de lo contrario la pérdida será doble
y me amarro a los Evangelios de mi mesilla
me cuelgo el rosario roto en la barbilla
y lo aprieto con el nudillo desnudo de trilla
que pienso que la cruz se derretirá entre mis manos
y la Virgen jamás llorará de espantada pérdida
sino que todos viven felices en el cielo
y yo, me lo creo
llámenme tonta, estúpida o crédula
que ya callo en la calle de mi cama
para entrar por las avenidas del sueño
y acabar en horas intempestivas este cuento