Sangro con lágrimas transparentes, acuosas, internas, las que más duelen y ahogan. Sangro con la sangre de otros tiempos, y duele. ¿Cuándo cicatrizarán mis heridas? Esas por las que brota la tristeza en su lágrima más tierna.
He dejado de soñar, he dejado atrás sueños rotos, piso tierra. O arenas movedizas. No sé qué será de mi ni de ti, tan sólo sé que me he dejado la piel en todos los sentidos, que , esquelética recorro mi alma que es lo único que me queda. Y la acaricio, y siento un consuelo interno que me lleva a no ya pisar sino caer por los suelos.
Mas sé que vendrán otros tiempos, que mis heridas cicatrizarán y las convertiré en oro, con el que engarzar tanta lágrima perdida en el viento de una galerna podrida.
Harta de mi misma y mi inseguridad, me disfrazo o escondo en mi soledad, y ya no soy, ni tengo. Ni me tengo. Así que caigo mil, millones de veces, pero vuelvo a levantarme, porque así es la vida. Caer y levantarse, o será que la fuerza de la gravedad quiere juntarme con el centro de la Tierra. Que no caigo sino que me acerco más a corrientes internas.
Estoy aburrida, aburrida de pretender ser lo que no soy, y cansada de fingir quien jamás seré, así que aceptando mi ser, voy camino de algo entrever,
No sé si será la sangre de las heridas
o el tiempo y la vida perdidas
sólo sé que todo duele rendida
al dolor que agobia y hendida
en el centro de mi alma, vendida
al mejor postor
me refugio en otros tiempos de amor
Sé que saldré perdiendo, como siempre
o depende cómo se mire la simiente
que ha de brotar de este estiércol
de colores aburridos, secos y dolor
así que voy a dejar que el silencio reine
en lo más profundo de mi amor perenne
pero sé que no puedo
soy una charlatana nata
y en el valor de mi palabra
está la cobardía de tu silencio