Vivimos días raros, muy raros, demasiado raros. El trasiego diario, el ir y venir ha parado. No creo que esto sea una peste ni los enfermos unos apestados
Hoy calle, te has parado, así repentinemente
te has ido a vivir dentro de los hogares
y se me cae el alma al verte tan sola
tan fuera de contexto, tan muerta
pero la vida esconde la muerte
hoy descubrimos que somos mortales
y nos echamos las manos a la cabeza
este virus se lleva y ha llevado a los mejores
los padrenuestros se apelotonan en estertores
de un llanto que no sale, de un llanto que está de cuarentena
hoy hemos parado todo, hemos parado la acción
el verbo ir ya no tiene sentido, el sentir cobra sentido en reacción
y no se ve una salida, no se ve un alivio cercano
porque hemos perdido demasiada gente, demasiada
en un virus que ya me tiene harta, hastiada
pero no por ello dejaré de sonreír tras la batalla
sino que me pongo mis mejores ropas y bailo lambada
aunque debo reconocer, mi alma está tocada, como la de todos
la muerte se hace hoy más presente, la enfermedad nos roba la ilusión
pero jamás la esperanza por un futuro que ya no será igual ni de refilón
ahora estamos cada uno con uno mismo, y en esta belleza de estarse sin remisión
pienso que no pienso, que todo esto es una pesadilla que acabará tarde o temprano
y me he quedado absorta, pensando en pensamientos de otros tiempos, de otra época
y no veo salida a una extensión de un virus que se cobra vidas y sentido común
que roba la dignidad y nos deja solos en un hospital
hoy vivo para hoy, lo que antes no hacía, vivo en un poco a poco
que hace que vaya intentando digerir esto paso a paso
pero no sé donde dejé mi estómago para digerir desventuras
se quedó entre el chocolate y las verduras
¿volver a la normalidad? qué normalidad
ya nada es normal, todo se me antoja absurdo y sin naturalidad
porque el virus nos ha robado la sensación de calidad
de vida, hoy luchamos quietos y sin a penas armas
la quietud es la alternativa, el silencio y la virtud escasean en mi
y ya no lloro ni por dentro ni por fuera
mi llanto se ha congelado en una lágrima helada
y desde mi mirada contemplo cómo todo está en forma velada
en una forma que no es natural, artificial hasta la soledad callada
y hago honor a mi nombre y me callo en silencio de respeto y asustada
veo cómo todo a mi alrededor me supera y me extraña de forma estupefacta
y siento una punzada de dolor que no deja salir el llanto
porque sé que si llorara no pararía de hacerlo
que si descubriese una forma de expresión y pudiera con ello
la alzaría en ristre como victorioso hallazgo
pero sinceramente no he visto ningún mago
hoy todo se hace difuso y vago
hoy no sé por qué pararon el mundo
bueno lo sé pero no quiero volver a preguntármelo
porque estoy harta de preguntas sin respuesta
y de sentimientos sin cadena de salida, apesta