Iba a verte, a hacerte una visita con mi mochila llena de libros que se traducían , cada uno, en proyectos. Tenía, por aquella época, proyectos que aún no sabía que eran tales. Y tú me escuchabas. Simplemente escuchabas mis tonterías y bastaba. Todo bastaba porque en nuestro amor cabía todo. Me chiflaban tus charlas al atardecer, tu saber hablar y tu saber hacer porque sabías hablar y sabías hacer las cosas bien o mal, pero las hacías. De tu persona recuerdo esa nariz aguileña y la sonrisa sempiterna. Siempre estabas riéndote o contando algo gracioso. Contigo, la vida era más liviana si cabe, y yo resultaba hasta “una chiguita” que prometía.
Y ya ves , casi todo me lo arrebataron, casi todo, mi mochila, mis libros, mis proyectos, … pero jamás pudieron arrebatarme tu recuerdo y ¡vaya si te recuerdo! Ojalá estuvieras aquí, contándome historias de nunca acabar, cuidando de todo y de todos. Pero qué egoísmo el mío, pensando solamente en mi, tú sin embargo trascendías todo y todos. Te reías del mundo y me chiflaba.
Cuando las teclas del piano abandonado
ese que ya nadie toca ni por asomo
se pierdan en un espantoso lomo
cuando siento el mayor de los espantos
y la más honda de las tristezas
al ver el piano abandonado
al ver tu sombra inexistente
lloro
Y surge el llanto como un charquito
como si me recataras con un barquito
vienes a visitarme y me cuentas todo
que no es poco
y quisiera estar contigo otra vez
y que no estuvieras en tu vejez
o sí, da igual lo importante
es que necesito tu presencia
y sólo tengo una ausencia
así que estés donde estés
contemplando cualquier comete Halley
hoy hay una luna llena que no puedo ver
como se me escapa a mi visión tu persona
pero el amor
el amor sigue aquí
sé que te fuiste pero yo jamás lo superé
en mis heridas aún están las espinas que dejé
y no quiero superar nada ni que todo pase
simplemente deseo que me escuches
o leas esto
para decirte alto y claro
que te quise, te quiero y te querré
Sólo tú supiste presentarme al mejor de mis amigos
y no resultó para nada un montón de higos
más bien al contrario, me acompaña a diario
y me enseña que cualquier desengaño
contigo es más liviano
ahora sé donde estás
donde el corazón se confunde con el alma
y así entre palma y palma
te recibo y me alegro de seguir contigo
pues si te perdiera, si no te escuchara
estaría muerta