No lo sé. No lo sé. Y ese no saber me impulsa a leer. Y leo libros que llenan mis estanterías no sólo físicas sino mentales.
Eres con tus páginas reviejas
una savia de fuente que no cejas
en contarme lo que sabes
y cantarme lo que aprender debo
eres un tesoro
que hoy físicamente no existe
es digital, está en la nube
mas ven a formar mis nubes existenciales
y déjate de fenómenos casi paranormales
pero cuéntame, libro
cuéntame
cuéntame no porque tenga tiempo libre
sino porque dedico mi tiempo a ti, libro
así que cuéntame , lo que desees
yo escucharé leyendo impertérrita tu hojarasca
y empapándome de tu tinta de cristal de unicornio
ven libro, cuéntame lo que no sé y sé cómo el amonio
intoxícame de conocimiento puro y duro
o mejor
no hagas nada
deja que juntos volemos hacia una nota soñada
que jamás alcanzaremos
pues la perspectiva universitaria
es tan distante de la sabiduría
que sé que lo que he de aprender no está en ti
libro
sino en las líneas de mi mano
que predicen mi destino humano
aún así cuéntame lo que quieras por un rato
mientras cesará mi llanto
y vuelve a la plenitud de mis estanterías
a rellenarlas en demasía
pues si tú no estuvieras
libro
mi mente estaría vacía
mis manos inquietas
y yo libre de todo,
mas condenada a la ignorancia
de haber tenido excelentes profesores en la infancia
y juventud
a quienes debo la virtud
de hacer de un libro la plenitud